NARANJOS EN SEVILLA ¿POR QUÉ?
Seguro que al pasear por sus calles te has dado cuenta de que hay algo común en prácticamente todas… los naranjos en Sevilla. Unos 40.000 naranjos se reparten por todos los rincones de la ciudad con un gran valor ornamental que dota a Sevilla de parte de su identidad propia, tanto visual como olfativamente. El olor a azahar invade la ciudad al completo cuando llega la primavera y florecen los naranjos.
¿POR QUÉ HAY TANTOS NARANJOS EN SEVILLA?
La relación comienza con la mitología griega. Hércules, fundador mitológico de Sevilla y muy presente también en la ciudad, cumplía los doce trabajos encomendados por Euristeo. Tras robar el ganado de Gerión en Eriteia (Cádiz), para lo que tuvo que romper la cordillera que hoy es el estrecho de Gibraltar, cruzó de nuevo a África para conseguir la manzana de oro de la inmortalidad, asociada a la naranja. Antes de afrontar la última misión y sacar al perro de tres cabezas Cerbero del infierno, Hércules descansó en Sevilla con su manzana dorada, la naranja.
Según los hechos históricos, la naranja amarga, variedad de los naranjos de Sevilla, fue introducida en Europa por los marinos genoveses. La especie procedía de Asia, donde se asociaba su plantación a la felicidad de su dueño. Este fue el motivo principal para que los árabes extendieran los naranjos por toda España, especialmente en el sur.
Sin embargo es la Sevilla más actual la que ha hecho de los naranjos amargos y el olor a azahar su sello. Los registros cuentan que en 1970 había unos 5.000 naranjos en la ciudad, multiplicando su número por 8 en sólo cuatro décadas, aun habiendo caído ya la progresión de la industria creada para aprovechar la variedad de la naranja amarga.
LOS NARANJOS EN LAS CALLES DE SEVILLA
El impacto visual de los naranjos en la ciudad es innegable. Cuando llega la primavera y los árboles florecen, adornan las calles con el naranja de su fruto, el blanco de sus flores y el verde oscuro de su hoja perenne. Además, el olor a azahar invade cada calle de Sevilla. Gracias a la creencia en la felicidad que el naranjo aportaba a sus dueños, su presencia se popularizó durante la Edad Media en todos los jardines y patios burgueses.
Desde el siglo XII esa creencia se extendió hacia segmentos más populares de población, lo que provocó la salida de estos árboles a las calles, siendo plantados ya por toda Sevilla. De finales de ese siglo XII data la construcción del Patio de los Naranjos en la Catedral, entonces Mezquita. Hoy es un punto de gran interés para los visitantes de Sevilla, que disfrutan del paseo en un emplazamiento histórico impregnado de aroma a azahar.
USOS DE LOS NARANJOS EN SEVILLA
Además del principal valor de adorno e identidad de la ciudad, el naranjo amargo es apreciado por varias industrias. Hasta el fin de la Edad Media, los usos se basaban básicamente en temas medicinales. El principal activo del árbol eran sus flores, a partir de las cuales se elaboraban aceites y esencias curativas.
Pero el gran aroma que desprende el azahar llevó a los árabes a querer hacer de Sevilla un centro mundial del perfume, al nivel de Damasco o Bagdad. El azahar sigue siendo hoy uno de los componentes más utilizados en perfumería y forma parte de los aromas más extendidos y vendidos en todo el planeta.
A partir de ahí, llega la explotación de los naranjos en Sevilla por parte y avidez de los sevillanos. En la actualidad, más de un millón de kilos de naranjas amargas son recogidas por operarios del Ayuntamiento durante 3 meses, pero esto no siempre fue así.
LOS NARANJOS DE SEVILLA Y LA GASTRONOMÍA
Con el inicio de la industria alrededor del naranjo, la ciudad abría un concurso para la recolección y explotación de las naranjas amargas de la ciudad. La empresa mejor postora se adjudicaba el derecho de recolección, lo que unido a los campos plantados a las afueras de la ciudad, convertía a la naranja en uno de los productos con mayor incidencia económica en Sevilla. Aunque multitud de recetas en los mejores bares de tapas de Sevilla incluyen la naranja amarga como ingrediente, no deberías darle un mordisco…
El fruto del naranjo sevillano es demasiado amargo para su consumo fresco. De este principio comenzaron las probaturas y nuevas fórmulas de aprovechamiento. La naranja amarga se usa para elaboración de licores, como el Curaçao, el Cointreau o el vino de naranja; y también es muy socorrida en confitería para la elaboración de cremas, masas y chocolates. Pero por encima de todo, la gastronomía y las naranjas en Sevilla están relacionadas con la mermelada británica.
LAS NARANJAS EN SEVILLA Y LA MERMELADA BRITÁNICA
Los primeros británicos en conocer un producto que hoy está en la despensa de la Casa Real, fueron tripulantes de los barcos escoceses que navegaban hacia el sur para comerciar con minerales. La mermelada que se preparaba con la naranja amarga fue el principal pilar de toda una industria que creció hasta saturar el mercado.
La producción hoy supera al máximo consumo del producto, que se basa principalmente en la elaboración de mermeladas para el desayuno británico. La aprecian tanto y está tan extendida que es la única conocida como mermelada (marmalade), siendo el resto consideradas como jam. La única mermelada en Inglaterra y los demás países británicos es por tanto la conocida como Seville Orange Marmalade (mermelada de naranja sevillana), elaborada en exclusiva a partir de las naranjas de Sevilla y, según cuentan y ya hemos dicho, la favorita de la Casa Real.
Hasta aquí el repaso a la importancia de los naranjos en Sevilla. Además del conocimiento extendido y popular en toda Sevilla, encontramos más información, y la tienes a tu disposición, en el respetado trabajo de Sabrina Rossini y José Elías «El naranjo amargo de Sevilla». Para un acercamiento menos técnico, mira este vídeo en una planta de fabricación de mermelada.